Me presente

Mark Rubio, adolescente, músico, a medias entre cinéfilo y cinéfago. Después de mi blog TODOMUCHOCINE, vuelvo, pero versionado.
Ahora, no solo hablaré de cine.
Pienso decíroslo todo.

domingo, 31 de enero de 2010

Lo grande que es la música

Venía a hablaros de ella.

El otro día (pasado domingo) fui a un concierto. Era de música barroca, de clave, flauta travesera (Emmanuel Pahud, si actúa en vuestra ciudad, no os le perdais, haced el favor) y violonchelo.

¿Sabíais que en el barroco los chelos no tenían pica? Para los no enterados, la pica es esa vara metalica que sale del chelo y con la cual, apoyamos el chelo en el suelo. Pues no. No tenían esa cosa. En el barroco agarraban el chelo con las rodillas. Yo el otro día lo probé y acabé agotado, a parte de que casi se me cae el chelo mientras tocaba. Ese chelista debía de tener unos músculos en las piernas increíbles.

El asunto, es que se dedicaron a tocar sonatas barrocas. Todas eran para flauta, menos una para clave solo, y otra para violoncello solo, casi en su totalidad del grandísimo Bach. A propósito, en el primer movimiento para la sonata de clave solo, que por cierto era aburridísimo, una mujer se desmayó, y tuvieron que parar el concierto y llamar a una ambulancia. Todavía no se si se desmayó de aburrimiento o de lo bien que habían tocado la pieza anterior.

En fin, el concierto acabó impresionante. Tocaron la Badinerie de Bach, obra sublime, en mi opinión la mejor obra para flauta travesera que existe. Aquí os la dejo, junto a otra obra de chelo que tocaron, y que seguro que todos conocereis.




El preludio de la Suite Nº 1 de Bach para violoncello (aunque también la tocan las violas, las trompas, las flautas... el otro día se la escuché a un trombón, y no me gustó especialmente). Yo también la toco. Aunque por supuesto no tan bien como Yo Yo Ma, pero uno hace lo que puede. Dejé la primera suite hace un tiempo. Ahora estoy acabando de estudiar la segunda.

Bueno, si os he metido este rollo, es porque hoy, una semana después de ir a ese concierto, he visto Nine.

Y sinceramente, mucho mejor habría sido ir a ver "NINE: EL CONCIERTO" que "NINE: LA PELÍCULA".

He llegado a bostezar, cosa INTOLERABLE en un musical. Y esque estaba deseando que llegasen los números musicales para no dormirme, porque sinceramente, la historia, es: fría, aséptica, repetitiva, lejana... La película no remata en ningún momento.

No te hace reir, no te hace enternecerte, no te identifica con el protagonista, no sufres con él, no te enamoras de él... La historia está lastrada por una dirección espantosa. Rob Marshall quería hacerla tan profunda, tan estresante, tan confusa, que de tanto hincharla se le explotó.

Sin embargo, esos números musicales logran asombrarte y deslumbrarte tanto, que todo lo demás queda olvidado. El seductor de Penélope Cruz, el chispeante de Judi Dench, el deslumbrante de Kate Hudson, el melancólico de Nicole Kidman, y el COLOSAL de Fergie. Vaya números musicales. Apabullantes. Me quito el sombrero.

Solo ellos consiguen hacer remontar a la que podía haber sido el peliculón del año, pues lo tenía todo:

  • Unas actuaciones (y a su vez reparto) de escándalo: Pe, Judy Dench, Kate Hudson y Fergie sacan sobresaliente redondo. Marion Cotillard consigue enamorarte, Nicole Kidman parece que resurge durante cinco minutos como cuando fue antes del botox y Sophia Loren llena la pantalla. Luego está Daniel Day Lewis, que no sirve para otra cosa que hilar los geniales números musicales y actuaciones de ese grupo de divas y grandes de la interpretación.
  • Una fotografía, montaje, escenarios, vestuario sublimes.
  • Y MENUDA MÚSICA.

Mi nota sería un 6,5, y mira que me da pena.

En conclusión, todo aquella escena en la que no cantan ni bailan, se convierte en una monotonía vuelta a la realidad, a un sueño tranquilo y que no consigue alterarte, pero que cada cierto tiempo, entras en la fase REM, donde vuelas lejos, a un mundo de panderetas y arena, de plumas y lentejuelas, de flashes de fotos. Y esque, si hubiesen conseguido que la parte dialogada fuese tan magistral como la parte cantada, estaríamos ante la película del siglo.

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Por cierto, vi UP, y aunque no roce la genialidad de Ratatouille, Nemo, Wall-e, Los Increíbles o Montruos SA, los de Pixas, a diferencia de Rob Marshall, han vuelto a hacer un dulcísimo cuento que te colma de felicidad.

Un cuento, que a diferencia de los gigantes videoclips mal hilados de Marshall, da esa sensación de completo. De perfección.

Y cuando una película, a parte de eso, te deja contento y de tan buen rollo, lo mínimo que puedes hacer es aplaudirla.

2 comentarios:

  1. Hola soy administrador de una red de blogs estuve visitando tu página http://todomuchomas.blogspot.com/ y me pareció muy interesante. Me encantaría que pudiéramos intercambiar links y de esta forma ambos nos ayudamos a difundir nuestros páginas.
    Si lo deseas no dudes en escribirme.
    Exitos con tu blog.

    saludos


    Franck
    contacto: rogernad08@gmail.com

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  2. Hombre!
    Felicitaciones por el blog y déjame decirte q le doy exactamente la misma nota a Nine... y me da pena admitir que es mala pues le tengo una manía a los musicales que puees... bueno...

    Creo que el mayor problema de la película es que no transmite intimidad... y es que en al narrarse un argumento donde no hay giros argumentales intensos: TIENES QUE captar la emoción del público. En la obra original "8 y 1/2": TODOS los números musicales -excepto el "my husband makes movies" de Cotillard- suceden en la cabeza de Guido: cosa que en el la película no se delimita y termina pareciendo un videoclip eterno con pausas aburridas... en ningún momento realmente nos metemos a la cabeza del pobre Guido y esto es responsabilidad del director: entonces pues la conclusión lógica es q la direccion es sencillamente mala.
    Lástima de admitir pues admiro a este director q ya había reglada buenos musicales antes... en fin: Gracias por el blog... allí nos vemos!

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